A E F#m Sé como el grano de trigo que cae D E A en tierra y desaparece. A E F#m Y aunque te duela la muerte de hoy, D E A mira la espiga que crece. A E Un trigal será mi Iglesia D E A A7 que tomará mis entregas, D E A F#m fecundadas por la sangre de Aquél D E A que dio su vida por ella. Ciudad nueva del amor, donde vivirá el pueblo que en los brazos de su dueño nació, sostenido de un madero. Yo mi vida he de entregar, para aumentar la cosecha que el sembrador al final buscará y dejará ser eterna. Y un día al Padre volveré, a descubrir el secreto de la pequeña semilla que fiel cobró su herencia en el cielo.